miércoles, 6 de diciembre de 2017

Buenos días primavera.


Buenos días primavera. Te esperaba en abril. Pero me ha alegrado verte. En un diciembre así. Buenos días primavera. Traes eucalipto y jazmín. Hueles bien. En casa hiela. Te vas a divertir. Buenos días primavera. Te esperaba en abril. Novia mía. Noche en vela. Abrázame fuerte. Y. Cuando no sepa quererte. Por favor. Quiereme tú a mí.

No, yo tampoco escribo


No, yo tampoco escribo. Tampoco soy escritor. Hace algún tiempo, allá cuando no existían vacunas, lo reconozco, contraje la enfermedad. La de escribir digo. Pero después de unos años de fiebres y desajustes, después de una catarsis en forma de una decena de novelas, veinte opúsculos, cien mil relatos, doce cuentos y veintidós poemas, me curé. Soy pues un superviviente a lo Rick de the Walking. Si que leo, sigo leyendo. Leo nunca. A veces nada. A veces posando en páginas de serigrafías extrañas las órbitas de mis ojos que viajan a nunca jamás para traer ideas más histrionicas que las de mis pequeños. Porque quiero que ellos sí que sepan escapar de esta realidad para viajar entre sus cuentos. No los quiero vacunar. Ya no creo en estas medicinas modernas. Y que ellos sí que sepan escribir. En los días buenos. En los malos. Con musas. Sin ellas. Que perseveren. Escribiendo una palabra. Y luego otra. Adentrándose en ese tobogán. Esa montaña rusa. Llegando a ese muro de piedra hecho sin mortero y tallada de la mano de Neil Gaiman. Rodeada de un vergel, que te avisa del final de tu mundo conocido. Del inicio de aquel nuevo mundo completamente nuevo, completamente mágico que se despliega ante ti. Y como saliendo de una miel celeste, te adentras en él como la única posible realidad.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Me preguntas quién soy


Me preguntas quién soy,

Pregúntame de donde vengo.
Pregúntame lo que hecho.
Pregúntame dónde voy. Lo que quiero alcanzar.
Lo que he conseguido.
Pregúntame lo que he sido. Y de lo que me arrepiento.
Me preguntas quién soy.
Pregúntame lo que amo. A quién amo. Lo que he perdido.
Pregúntame lo que he temido. Lo que todavía hoy temo.
Pregúntame lo que ves. Lo que he visto. Lo que veo.
Pregúntame lo que creo.
Pregúntame lo que sueño.




lunes, 1 de mayo de 2017

La felicidad es

Intentamos, incluso logramos palpitar de felicidad. ¿Acaso sólo es posible ser feliz cuando sabemos que todo puede terminar en cualquier momento? ¿o justamente eso es lo que nos lo impide?

Puede que sea esa la felicidad: creernos al menos un instante inmortales en este mundo mortal. Sentir infinito la profundidad de ese momento. Y transformarlo en su esencia interior, y sin darnos cuenta, en eterno.

Elan Vital

                      El dolor golpea allá donde el amor golpeó primero.

Sempiternas

Todo pasa. El dolor, el sufrimiento, las heridas, el recuerdo nítido del instante justo anterior al que todo lo tambalea. También pasa la espada. La afilada espada  que elimina aquello tan cotidiano. Tan normal. Tan único. Ese perfecto instante justo anterior ya nunca se repetirá. Un hecho cualquiera, pero último, adquiere una dimensión enorme.

Y Nosotros. También pasamos. Incluso las flores. Las montañas. Los mares. Y todo lo que amamos.

Las únicas sempiternas, como ya dijo Mijail Bulgakov, son las estrellas. Ellas siempre estarán ahí. Yo si me giro hacia ellas. Y te busco.

sábado, 8 de abril de 2017

Gracias Stromae

Ya nos conocemos muy bien, tras estas tres primeras semanas, con menos fama que el cancer, Tú, ladrón de bocanadas.

No conseguiras su AIRE. Él, nuestro Gran Patriarca. Padre y Padrino es aquel al que le has plantado batalla.

Por cada aliento que no le des, respiraré hasta con el alma, respiraré profundo y bien vampirizando oxígeno que le haga falta.

Ya nos conocemos muy bien, tras estas tres primeras semanas. No sabes todavía tú bien, lo difícil que te será ganarla.

lunes, 13 de febrero de 2017

Ilusión 144.000

Si que recuerdo el preciso instante en el que me enamoré de ella. Ese tipo de cosas no se olvidan. Son momentos de otra pasta. De alta calidad. A partir de ellos se reordenan muchas cosas.

Decía que lo recuerdo. Yo estaba intentando seducirla estúpidamente, con el postureo copiado de comerme la uva de un racimo hermoso, pensando que podría gustarle algo asi.

Ella, sin mirarme, sin copiar nada a nadie, sacó de su vaso de agua la rodaja de un limón. Calibró su buen estado y convencida, de un solo bocado llenó su boca del citrico dejando fuera solo la cáscara como una sonrisa de luna. Sus carnosos y siempre rojos labios no se estremecieron con la acidez. Luego clavó su mirada en mis ojos sacudiendo hasta el último de mis huesos. "¿Puedo?" Y sin esperar mi contestación se llevó a la boca mi limón.

Decía. Lo reordenan todo. A partir de esos detalles sabes ya cuando si. O cuando no. Y puedes imaginar el resto. Si pudo hacer eso con un limón (nunca volvió a tener para mi el mismo significado), imagínate lo que hizo con el resto de mi vida.

domingo, 5 de febrero de 2017

Mi prototipo

"No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias;

¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible

no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan... VOLAR"

Oliverio Girondo

(Dibujo de Marc Allante)


sábado, 28 de enero de 2017

Otra ilusión: la ambición

Cada tarde
arde
en el horizonte
un infinito adictivo
(color explosivo)
para darnos un respiro,
centrar el presente
y poder dormir.
Y luego volver a latir,
al amanecer siguiente,
por aquel infinito,
hasta verlo arder,
de forma más bella,
si puede ser.