Yo… Si yo fuera un hombre, sería Capitán. De tu velero de
madera. Te llevaría a navegar. Yo… Si yo fuera un hombre, tendría esa elegancia
rara. La que es como de otro tiempo. Más fuerte que el ébano, por si llega el temporal,
en mi te puedas apoyar todas las noches de invierno.
Yo. Te llevaría por los mundos. Saboreándote a cada segundo.
Te haría el amor en las playas. Danzando en un abrazo, mi cuerpo en tu cuerpo
lento, para explotar en tu dentro, y dormirme en tus brazos… hasta el amanecer.
Pero no son esas cosas que dice una mujer.
Yo…Si yo fuera un hombre, te diría palabras bellas, te haría
reír mucho, sentirte bella, estar ahí arriba rodeada entre estrellas. Yo… Si yo
fuera un hombre, te haría hablar y hablar, te miraría bailar y te amaría de
nuevo al atardecer.
Pero no son esas cosas que dice una mujer.
Hay que decir que han cambiado los tiempos. Las historias de
amor anticuadas parece que sólo ocurren en pantallas. Y nos hemos vuelto
ahorrativos. Egocéntricos y altivos. Es una pena, a mi me hubiera encantado más
humor y más ternura. Y poder ser demostrativo. Dejarte pasar delante, llevar
sombrero. Tomarte del brazo y que subas primero. Cada gesto aspirante de todo
lo que te sé querer.
Pero no son esas cosas que dice una mujer.
Yo… Si yo fuera un hombre, sería Capitán. De tu velero de
madera. Te llevaría a navegar. Yo… Si yo fuera un hombre, tendría esa elegancia
rara. La que es como de otro tiempo. Más fuerte que el ébano, por si llega el temporal,
en mi te puedas apoyar, en todas las noches de invierno.