sábado, 25 de enero de 2025

Yo no quiero un amor adulto

Yo no quiero un amor adulto de esos que ya no se besan en los bancos de los parques. De los que ya no van corriendo a abrazarse. Ni de los que ya no creen en el amor, o aman cautelosos. Yo no quiero un amor sin miradas que se comen a besos y manos que electrocutan al tocar. No quiero un amor adulto conveniente, practico o cómodo. Ni un cariño de amor ni amor de contrato. No quiero amor de un rato si ese rato no es eterno, no es el sueño que todo amante tiene de amar. Yo no quiero un amor adulto, sensato, pacífico, un amor de iglesia y cura y de hacer todo lo que está bien y nada de lo que está mal. 

 

Yo quiero un amor joven, loco, apasionado. Un amor ingenuo, inocente y entregado. Porque, al fin y al cabo, solo los jóvenes saben amar de verdad. 

 

Desintegración...

Me voy muriendo mientras ríes. 

Me deseco mientras bailas.

Me estoy borrando mientras cantas. 

Me asfixio mientras inhalas, exhalas.

Soy feliz, porque sé que tú eres feliz. 

Pero mi existencia se apaga.

Y tú... tú no te das cuenta de nada. 

viernes, 24 de enero de 2025

En el nido

Y despertaros con mil besos, apuraros entre espejos, desayunos, ropa nueva juegos viejos, dientes broncas risas mas espejos, subiros al coche y salir hacia el cole, hacia ese lugar cerca y lejos, enorme privilegio de ser yo la elegida, de conducir este trozo de vuestra vida, agradecida, de poderlo hacer así, como de lo más natural, cada día. La única. La primera. La última. La verdadera. 

Que no termine nunca esta primavera. Es sencillo y no requiere de mucho más que luego iros al cole a buscar, preguntaros qué tal ha ido averiguando con mis dos mil nuevos sentidos si realmente fue todo bien o algo mal. Y apurándonos para ese piano, tenis, manga, balonmano, para poder hacer los deberes, los baños, los pijamas, la cena y la peli en inglés por favor. Algunas noches todos en mi cama para ver juntos la voz.  

Y acostaros con mil besos y cosquillas y broncas y risas y cuentos y ya es tarde chicos por favor, y las dimensiones de las noches impredecibles pero siempre sintiéndome afortunada por ser yo, precisamente, yo, la que pueda estar aquí, a vuestro lado, bajo el mismo techo que vosotros, mis cachorros, en esta primavera, verdadera, que quiero sea eterna entera, como cada uno de los instantes de regalo, que me dais. 

Lo más genial que me han llamado en la vida ha sido "mami".  


Sabes...

 Hoy hace justamente un año que escribí: 

"Me perderás París... si sigues yendo tan a tu puta bola".