Yo no quiero un amor adulto de esos que ya no se besan en los bancos de los parques. De los que ya no van corriendo a abrazarse. Ni de los que ya no creen en el amor, o aman cautelosos. Yo no quiero un amor sin miradas que se comen a besos y manos que electrocutan al tocar. No quiero un amor adulto conveniente, practico o cómodo. Ni un cariño de amor ni amor de contrato. No quiero amor de un rato si ese rato no es eterno, no es el sueño que todo amante tiene de amar. Yo no quiero un amor adulto, sensato, pacífico, un amor de iglesia y cura y de hacer todo lo que está bien y nada de lo que está mal.
Yo quiero un amor joven, loco,
apasionado. Un amor ingenuo, inocente y entregado. Porque, al fin y al cabo,
solo los jóvenes saben amar de verdad.
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