El Universo estudiaba matemáticas con su hijo pequeño: “esta
es la luz”, “este es el rayo”, “estas son las veleidades”, mientras el niño,
distraído en el aletear de un azor, se preguntaba qué sino tan increíble tenía
esa criatura alígera y majestuosa, capaz de un palpitar y de un estremecerse.
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1 comentario:
El niño repara en lo esencial... De poco sirve el resto si se olvida lo principal...Parafernalia, con perdón..
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