El pensamiento binario ha organizado para nuestro
pensamiento el mayor de los desordenes. Dualismo. Gnosis. Tan es así, que me
resulta abrumador que el diablo se parezca tanto a dios. Y es que, me han
inculcado tanto la figura de dios, que no puedo ser indiferente al diablo, ni
dejar de sentirme atraída hacia su dualidad. Es lo más parecido a él que
existe. Me voy de cabeza hacia todos aquellos fantasmas de las óperas, músicas
de la noche, como si del canto de las mismísimas sirenas del Peloponeso se
tratase. Y me pierdo en aquel lugar en el que un dios imita a un diablo que
esta imitando a un dios que imita a un diablo que está imitando a un dios que
imita a un diablo que está imitando a un dios que imita a un diablo, que.
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