Tú, amor mío, que siempre estuviste aquí, en mi vida, en mis
entrañas, en mis huesos, en mis vísceras, en mi piel. En mi pecho y en mi
mente, en los momentos malos, y en los que me fueron bien. Mi amor, mi
prioridad, mi absoluto, mi incondicional. Tu, amor mío, que siempre tiendes
aquel a buscar fuera lo que te arde dentro. Al fin te encuentro. Mi gran amor.
Soy yo. Colgados de este bien superior que está aquí dentro.
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