lunes, 1 de febrero de 2010

Ilusión 312

Esta mañana, al salir a por mi café de las 10h00, vi en el parabrisas de mi coche una nota simulando una carta, con sobre, sello, dirección y todo, que simplemente decía: “me mudé, disculpa”. Sin firma. Sin letra definida. Sin ningún tipo de identidad. Fue una sensación extraña.

Historias de notas y coches tengo recopiladas unas cuantas. Y me vinieron a la memoria incluso las que no quería recordar… Sin embargo, focalizando en el presente mi atención, algo en el pecho me dio el vuelco necesario para, ligeramente, notarme caer. “Alguien se muda”. “Alguien desaparece”. Sentimiento contrario al del buen augurio del abejorro que entra en casa. Ahora parece ser que, sin tomar plena conciencia de la misteriosa identidad, ni de lo que todo ello supondrá, alguien hasta ahora presente en mi vida, decide perderse, escaparse, y zafarse de mi mundo.


"Una mujer se ha perdido, conocer el delirio y el polvo, se ha perdido esta bella locura, su breve cintura debajo de mí. Se ha perdido mi forma de amar, se ha perdido mi huella en su mar. Veo una luz que vacila, y promete dejarnos a oscuras.Veo un perro ladrando a la luna con otra figura que recuerda a tí. Veo más: veo que no me halló. Veo más: veo que se perdió. Una mujer innombrable, huye como una gaviota, y yo rápido seco mis botas, blasfemo una nota y apago el reloj. Que me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su canción. La cobardía es asunto, de los hombres, no de los amantes. Los amores cobardes no llegan a amores, ni a historias, se quedan allí. Ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar. Una mujer con sombrero, como un cuadro del viejo chagall, corrompiéndose al centro del miedo y yo, que no soy bueno, me puse a llorar. Pero entonces lloraba por mí, y ahora lloro por verla morir."
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Es, evidentemente, un Óleo de Silvio. Y es, evidentemente, esta Mujer con Sombrero, la majestuosa Renée Vivien.