lunes, 6 de junio de 2011

Ilusión 1.232

Fuera llovía. Y yo hablaba con una madre que no era, en una noche que no estaba. “Tengo vacío el cuerpo, ya no corre sangre por mis venas". Delante del piano, esperé sin que sonara. El mar… Solo se oía el mar... Aquella madre que no era y la noche que no estaba, me acompañaron hasta que, de forma solemne, terminase aquella canción silenciosa que acunaba a los Ángeles.

Hoy… hoy noto el alma en un puño. Soy incapaz de terminar la composición. Rompo a llorar. Lloro como nunca antes me había roto. Un llanto sonoro, seco, desgarrador. No circula absolutamente nada por mi cuerpo para que lo convierta en un líquido salado. Pero el estruendo de un alma quebrada si que tiene voz. Me disculpo ante el piano. Ante una madre que no era. Ante una noche que no estaba. Miro al infinito mar que me devuelve su infinito. Algo en su lluvia me sosiega. Debo dormir. Mañana, mañana todo puede volver a empezar… Mañana podré nacer de nuevo. Mañana podré olvidar.

Olvidar que me has dejado… de amar.