viernes, 5 de octubre de 2012

Di, ¿has amado alguna vez?

Un alma enamorada calla.
"El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoportable.”
Jaime Sabines.
 

Un alma enamorada, a su manera, grita.
Por aquello de lo insoportable de su silencio.

Lao Tse, Tao te Ching, cap. 11-.


Treinta radios lleva el cubo de una rueda; lo útil para el carro es su nada (su hueco). Con arcilla se fabrican las vasijas; en ellas lo útil es la nada (de su oquedad). Se agujerean puertas y ventanas para hacer la casa, y la nada de ellas es lo más útil para ella. Así, pues, en lo que tiene ser está el interés. Pero en el no ser está la utilidad.”
 
Al menos, hace pensar un rato.
Título de la foto: La Nada.

Nota: ¿es posible prender fuego al infinito?.


Tu boca no es tu boca. Es la memoria de tu boca.
Mi memoria.
Que se retuerce en su oquedad para recibir las últimas gotas.
De tu saliva.
Que no es tu saliva. Sino la memoria de tu saliva.
Sobre mi pecho.
Sembrado de estepa blanca marchita.

 
Ya nadie riega mi pecho.
Tres gotas de tu saliva no me bastan.
No bastan a este pecho adusto.

 
Y aún, si lo fueran.

 
Pero no son siquiera gotas reales.
Un espejismo
Son la memoria de unas gotas.
De tu saliva.

 
Y mi memoria.
Que es tenaz como la lluvia.
Ojala fuera lluvia y no memoria.
Para borrar. Para disolver. Para regar. Para dar vida.
 

Pero mi memoria,
es hoy espejismo.
Y es hoy yermo. Es esquivo.


Y confunde - todo lo confunde -
un fuego que me arrasó
(Apártense de él, les aconsejo)
Con El Verbo.
Dios.
Con aquel Verbo posesivo.

Efectivamente, un microcuento involuntario.

Detalle del poema Ausencia, de Borges.


“Tu ausencia me rodea  / como la cuerda a la garganta”