viernes, 7 de diciembre de 2012

Cortázar

Por los tiempos que corren, os dejo este texto de Cortázar.
Que me apropio, sin despeinarme.
 
 
Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.” 
                                                          Capítulo 93 de Rayuela

Ilusión 2012




Me encanta viajar sola.
Me encanta deambular sola por las calles de las ciudades para expugnarlas. Para hacerlas mías. Mías de mi interior y de mis pensamientos. Me encanta recorrer caminos nuevos. Y pensar que son lugares que, los ancestros de nuestros ancestros han conocido.
 
La gente no se enamora. No suele hacerlo. Es algo único y raro (raro de poco habitual). La gente necesita gente. La necesita para apaciguar sus inseguridades. Su soledad candente. Sus desilusiones constantes. Sus insatisfechas carencias.

Hace tiempo me erguí en autosuficiente. No es mérito propio. Es la sangre que circula por mis venas. Doy un paso y lo da mi madre. Y tambien lo da mêmé. Y la madre de mêmé. Y todas sus abuelas. Vengo de una familia de mujeres fuertes. Y no fuertes por feministas. O porque se creyeran más. No. Eran fuertes por lo que sentían al dar el primero de los pasos en esta tierra. Esa seguridad al notar que por ellas corría la sangre de millones de ancestras más. Todas las madres que han vivido en ellas. Las mismas que ahora a mi me habitan, y a cada paso que doy, transitan por mis venas.
 
Y eso otorga una fuerza excepcional.