martes, 5 de enero de 2021

Ilusión a lo Frida Kahlo

 

No te voy a pedir un abrazo, y menos cuando tanto lo necesito. No te voy a pedir un “te amo”. Ni que me des la mano al pasear. No te voy a pedir que me beses, en privado ni en público. Ni frío ni apasionado. Ni que me mires con ojos que atraviesan. No te voy a pedir que te acuerdes de nuestro aniversario, ni que compartas conmigo tu cumpleaños, y menos que vayamos a cenar juntos para celebrar cualquier cosa que no celebramos.

No te voy a pedir que viajemos a lugares lejanos y mágicos juntos. Que emprendamos proyectos. Ni tampoco que me mandes ese mensaje balsámico antes de dormir. Y menos te voy a pedir que me mandes canciones.

No te voy a pedir que me escribas las palabras de los enamorados, ni que me digas que hoy estoy bonita, que me sienta bien el verano o que te gusta estar a mi lado aún después de discutir.

Tampoco te voy a pedir que me cuentes cómo fue en el trabajo, o simplemente tu día, que me echas de menos, o cómo estás. No voy a pedir que me des las gracias por las veces que te ayudo, ni que me pidas perdón cuando creo que fuiste duro. No te voy a pedir que me preguntes “qué tal hoy”, ni que me llames “mi vida”, ni mucho menos “amor de mi vida”. No te voy a pedir que me prestes atención cuando te cuento mis historias. No voy a pedirte que yo sea y sienta que soy lo más importante para ti a diario. No te voy a pedir nada de nada. Ni que sea tu incondicional. Ni que para siempre te quedes a mi lado.

 Porque si tengo que pedírtelo, ya no lo quiero.