lunes, 20 de septiembre de 2010

Camaleonicamente hablando...

Estoy en Fornells. Llueve. Perder tu amor debería de ser una tragedia parecida al Ébola o a la peste. Me influencian las palabras de Aída Argüelles, pero es que en la cantidad de líneas que leo, te busco a ti.

Me encanta que llueva en Fornells. La gente corre y ríe. Amo esta silla en la que me acabo de sentar. La amo como hace tiempo que no amo nada en la vida… Tengo ganas de besarla y explicarle lo feliz que estoy. Amo lo que veo. Y amo este restaurante sin pinta de llamarse como me dijiste, El Pescador.

-¿Aquí tienen caldereta de langosta fresca para cenar esta noche?
-…
- ¿Es que necesito que sea fresca, sabe… seguro que es fresca, no congelada, no?
-…

Amarte es como amar a un volcán. Me quemo. Me quemas. Me abrasas. Es imposible que me duerma tranquila en tu cráter. Me he despertado con una pelea. Una pelea y un taladro. Siempre me duele la espalda cuando no duermo en mi cama. También he soñado en un bebé que se convertía en papel. Pero luego se me olvida, y siempre digo que nunca me duele nada. Iba a correr. Tenía toda la ropa puesta, incluidas las zapas y la música… cuando he decidido que no me apetecía correr. No por la mañana. Lo que realmente me apetecía por la mañana era desayunar un bocata. Desayuno un bocata todos los días de mi vida, porque antes era algo que solo hacia de vacaciones. Algo que solo hacía en vacaciones y que sin embargo me hace entupidamente feliz, así que un buen día decidí que no voy a ceñir mi felicidad a las vacaciones. Y desde ese día lleno mis días de “no vacaciones” con detalles que hago “de vacaciones”. Y uno de esos es explayarme ante un bocata como si no tuviera prisa alguna. Como si se hubiera detenido el tiempo. Entonces apago el reloj de mi teléfono. Apago mi teléfono. Apago la radio, Apago mi coche. Apago mi despacho. Apago el bar. Apago la ciudad. Apago la isla. Apago mi mundo. Apago mis ojos. Apago mi insaciable apetito sexual. Apago mi vida. Apago el tiempo. Y solo soy para ese bocata. Para ese bocata y para un café. Cuanta felicidad dios mío. Creo que voy a reventar de placer.

El camarero me sonríe y me mira de arriba abajo. Todavía no he entendido por qué se pronunció tu enfado al relatarte con mi especial manera, (todavía no sabes cuanto puedo ser en relato especial…) y con mi manera tan especial, sobre esos que me miran de arriba abajo. Todavía no he entendido por qué eso te enfada tanto. Los kayaks son abiertos. Que pena que los kayaks que alquilan en esta tienda de “deportes de aventura” sean abiertos. No tienen ni idea. Aventura no es hacer una salida tranquila de kayak. Aventura es estar colgada de un hilo a tu corazón. Que te encante la escalada, y que allí esté yo, colgada de un hilo, mientras tú sigues esa despeñada superficie conmigo colgando de cualquier manera… y que si ahora subes, que si ahora te caes, que si ahora me quemo en un abrazo arcano, que si ahora vuelves a escalar…

- ¿Y me pueden preparar para esta noche una caldereta para una persona? – la persona soy yo, pero eso entiendo que el camarero de la sonrisa lo sobreentiende…
- No, la caldereta es para compartir, dos personas mínimo – El de la sonrisa tiene el cerebro lavado por las estúpidas políticas de empresa y no se va a mostrar nada flexible… eso me empecina a insistir…
- ¿ Y si tienen una mesa de dos que les pida una caldereta, no pueden hacer la caldereta para tres y me sirven a mi esa tercera parte en un plato?
- No señorita, eso no lo podemos hacer, entienda que los clientes de la mesa de dos no comprenderían que...

Se de sobra que los clientes de la mesa de dos comprenderían que yo sola no puedo pedir caldereta… Se de sobra que se emocionarían cuando luego yo les invitara a su caldereta por semejante gesto de amor… Se de sobra que todo el restaurante se emocionaría al saberse invitado por mi a todas las calderetas de esa noche… Porque tú me has dicho que pruebe aquí una caldereta, y de repente solo vivo para realizar esa, mi misión.

Tengo la habilidad de explicarlo todo hablando, y de explicarme bien. Es un arma. Como mi particular forma de expresarme. Como mi particular gesticulación corporal. También son un arma. Confío mucho en ello. Por eso siempre supe que debería ser o actriz, o abogada. Si fuera explicando las cosas con el orden que siento, con todo lo que me viene en gana, nadie daría un duro por mi. Por eso tengo muy trabajada la habilidad de parecer coherente… Miro al de la sonrisa:

- Me traes otro cafetito, ¿porfa? – Mi voz suena muchas veces mucho más estúpida de lo que quisiera hacerla sonar. Mi voz suena tan estúpida como pretendo hacerla sonar… El de la sonrisa pregunta
- ¿Con leche? – Definitivamente, no entiendo la pregunta. Ese mismo camarero es el que me acaba de servir el primer café... Tengo ganas de contestarle que evidentemente, con leche, igual que el primero, que la gente no cambia de café así porque si. El tipo de café es un principio de vida. Un valor. La gente solo cambia de tipo de café si evoluciona hacia algo, o cuando le pasa algo grave. Te tiene que pasar algo muy grave para cambiar la forma que tienes de tomar el café. En cualquier caso, no en cuestión de un minuto. Decididamente, no entiendo esa pregunta. Fornells huele bien. Huele a sal y a la langosta que muchos han cenado ayer por la noche. Huele a sexo, y ahora huele a café. Sonrío al camarero. No asiento. Pienso que devolviéndole una misma estúpida sonrisa, lo entenderá todo. Sigo leyendo.

Me asaltan las ganas de irme ya a Binimel.la. Dejo 10 euros y libero la mesa. Benditos 2dias de vacaciones. Bendita soledad. No podría dar rienda suelta a tanto incomprensible capricho junto a nadie. Ayer visité Ciudadela corriendo. Ayer visité Mahon corriendo. Y Mercadal. Y Ferrerías corriendo. Y Alaior. Soy una turist-corriendo. Hago mi horita de footing, (la alargo a 1h30 o 2h00 por eso de parar a veces muchas veces para sacar fotos, respirar etc...) así. Hago sola lo que no podría hacer junto a nadie… Dios!! Me aburriría estar al lado de alguien como yo!!. Se trata de pasar 3 o 4 veces por las mismas calles, las mismas tiendas, las mismas aceras, las mismas personas (alucinadas, todo hay que decirlo)… Pero cuando he terminado mi inspección ya me se la ciudad de memoria. La ciudad me mira cansada. Sabe que la he expugnado. Asediado. Y agotada deja que la convierta en mi ciudad. Esta noche dormirá de un tirón. Eso que me debe.

Quiero otro café. Lo pido. Sigo leyendo. Escribo. Dejo otros 10 euros. Me voy de aquí.

Hace un sol bellísimo. He decidido que nunca en mi vida me tomaré una caldereta sola. No porque no pueda. Sino porque así lo acabo de decidir. Es una de esas cosas que, hay que compartir, para no ser rematadamente aburrida. La caldereta lleva el numero dos intrínseco. Viene bien sentirlo. El pelo me hace cosquillas en la espalda. Me encanta este viento. Amo haberme venido hasta aquí.

El de la sonrisa viene corriendo con el cambio.

Le sonrío.
Me sigue persiguiendo.

No lo entiende el muy cazurro, y eso que hablo su idioma.

Le vuelvo a sonreír.

Me escapo corriendo.

A
M
O


F
O
R
N
E
L
L
S
!
!
!
!

Cojo el coche y derrapo. Necesito escuchar música. Necesito conducir. Cala Pregonda. Leer, escribir, dormir, escribir, leer... Nadie mas que yo en mi mundo. Dormir. Leer. Cuanta felicidad.

Esta tarde vendré hasta aquí corriendo. Me encanta el viento. Hay muchísimo viento. Tanto que casi sale un niño volando. El viento va con ráfagas. Me quedo sola. Y me agrada mi sombra. Ella siempre está ahí. Respiro. El viento me limpia. Me limpia de lo fuerte que es. Me llena. Ya no soy yo, soy viento. Toda yo soy viento. Por fuera. Y ahora por dentro también. Soy capaz de volar. Es cuestión de cerrar los ojos. Vuelo. Ahora mismo vuelo. Al fin he sido capaz.

Vuelo de verdad.

Voy a limitarme a disfrutarlo.

Veo a tu mujer en cada esquina. Es una cara habitual... Esa coleta en alto...

Sigo volando.

No se como he llegado hasta aquí. Supongo, conduciendo. Que bonito es esto. Tengo ganas de llorar. Mierda. Estoy llorando a lágrima viva. Estoy caminando hacia cala Pregonda. El color rojo el verde. Los azules del cielo, los del mar... Veo como avanza mi sombra. En ella no se ve que lloro. En ella no lloro. Me gusta mi sombra. Es tan fuerte, es tan sólida. Es como yo sin mis defectos. Es como yo sin el detalle de mis imperfecciones. Mi sombra, cuando yo lucho, parece que lucha mas. Me encanta este viento que me despeina. A mi me deshace y amaraña el cabello. A mi sombra a penas si la despeina. Este viento me esta limpiando. Me estoy limpiando entera. Volveré nueva. Y volveré a empezar. Deseo ardientemente descubrir Cala Pregonda.

Me pongo en bolas. Es lo que tiene no estar en tu ciudad.

Es lo que tiene estar sola en una playa lloviendo. Con viento.

Leo. Duermo. Escribo. Grito. Lloro. Me baño. Aparece el sol. Aparece para mí sola.

Hola mi Sol. Te estaba esperando.
...

Me he levantado a las 7h30 porque el sol me quemaba la cara. Ayer fui a correr. Corrí, leí, escribí, leí otro rato y se me olvido ducharme y cenar. Hoy es otro día. Hoy si que me ducharé, después de correr... es decir, esta noche. A las 8h todo Fornells duerme. Solo la Palma parece que puede poner algún café. Hago tiempo disimuladamente, sin sentarme, de pie, para que no me toque a mi el primero de los cafés, con sabor a hierro. No aparece nadie. Empiezo a desear tanto el café que siento que me muero… Pienso muy muy fuerte “que se siente ya alguien y pida un café ” Sigo bordeando el bar. Mirando de reojo.Paseo lentamente. Vuelvo a de-reojo-mirar. El de la sonrisa me mira pensando que lo espero. Creo que piensa, y piensa, que quiero ligar. El cielo no me trae ese primer cliente... ¿¿qué le pasa hoy al cielo??? ¡que yo no aguanto más! Creo que no lo he pedido suficiente insistentemente. Me arrodillo. Me concentro. Nada. Alzo las manos. Empiezo a gritar.

QUE ALGUIEN VAYA A POR UN CAFÉ AL BAR LA PALMAAAAA ,... YAAAAAA

Nada.

El camarero ya no sonríe.
El camarero ha llamado a otros camareros que no tienen la misma sonrisa.

No puedo estar más nerviosa. Son las 8h20. Había olvidado que, para estos casos, siempre tengo un buen libro para leer. Siempre llevo varios libros encima. Uno de ellos es para estos casos. Me acerco a un banco del muelle y leo. Leo. Leo. Leo. Leo.

Leo.

Leo.
...

Mierda. Ya son las 10h.

Esto es bonito. Soy tan feliz. Me siento, muy tranquila, en el bar. Pido un café con leche, y un bocata de queso de Mahón. Leo otro rato. Nunca se parar así, en seco. Así de repente. No se nunca parar de leer... Si. Siempre "quiero más". No te preocupes, que me pasa con todo. Escribo otro rato. Veo a gente corriendo pasar. ¡¡Tengo ganas de correr yo también!! No. He quedado por la tarde con Anita. No puedo correr ahora también. Natalia se enfadaría. Sigo leyendo. Me río. Aída Argüelles es realmente buena. La chica que tengo al lado entiende, estoy convencida. Pero que entienda no significa que se haya fijado en mi... O si. Y las dos disimulamos. Estamos las dos leyendo. Bueno, yo leo de verdad. Porque no puedo parar leyendo... Ahora ya si. Ella lee y yo escribo. Me la imagino en el sofá de mi casa. Leyendo. Ella leyendo y yo escribiendo. Es bonita. Es más que bonita. Tiene una belleza celestial. Gestos de ángel. Seguramente sea un ángel caído del cielo. Decidido. He decidido que no la quiero en el sofá de mi casa. Tengo ganas de conducir. De subir a mi coche de alquiler y hacer kilómetros por esta hermosa isla, he topado con una cadena de música local que me pone todo lo que pido. Que hermoso día. Amo este día. Estoy enamorada de estar aquí. Solo pienso conducir y dirigirme hacia la Albufera des Grau. Ojala hasta allá hubieran 200 kilómetros. Conducir conducir, conducir. Le pido otro café al de la sonrisa. Me contesta "¿con leche??” Lo que tengo que aguantar. Me levanto y salgo corriendo.
...

Dios, que bonito es esto. Parece el fin del mundo y parece mi casa. Ando por las calles. Sola. Con sensación de plenitud. No consigo inspirar todo lo que quiero para llenarme de esto ahora. La nariz no me basta. Abro la boca. Quiero tragarme toda esta maravilla. La abro todo lo que puedo. La gente me mira y se aparta. Mejor, pues decía que me llenaba estar sola. Sola en este hermoso lugar. Me despido de Fornells, de sus barquitas, del café del hostal la palma, de las campanas de su iglesia, de sus piedras y el sonido del mar. De esta piscina natural que se convierte endemoniada con el viento. Me despido de su amor, de su olor a sexo, de lo que le he escrito. De lo que te he escrito a ti, porque necesito escribir al Mundo, y tu eres un buen filón para empezar con el Mundo. Para saciar mi urgente necesidad. Me despido de estos colores. Podría ser el Nilo. La gente corre. Curiosamente acabo de ver un tipo que estuvo el mismo fin de semana q yo en bcn hace 2años. Lo se porque lleva la camiseta de la cursa dels bombers. Que cursa aquella. Se me pone la piel de gallina al recordarla. De emoción. El Pla de San Mateo. Me ganarás de 15 minutos. Son demasiados 15 minutos para la misma distancia. Son demasiados 15 minutos para para 2 cuerpos que quiero como espejos. Son demasiados 15 minutos para que tu y yo seamos lo mismo. Seamos igual. Se nos confunda. Porque tu eres un toro. Y yo a tu lado parezco una ballena. A lo que iba. Me voy Fornells. Eres mío. Ya te he hecho mío. Y como pueblo mío, como lo es Cadaques, Cabo de Gata o Santa Gertrudis, muy pronto, volveré. Ahora solo quiero conducir. Adiós


Adiós

Adiós


Adiós


Coche, Albufera des Grau, Coche, parking aeropuerto de Menorca. Dejo coche. Avión. Que hermosa eres, Menorca. Hola nubes. Hola y hola nubes. Hola cielo. Cielo. Nubes y nubes. Dios… Ibiza. Se me eriza la piel de la nuca. Me galopean mariposas en el vientre. Ibiza. Que hermosa eres Ibiza... Ibiza Menorca, Menorca Ibiza y tiro porque me toca. Mi corazón se reparte entre las dos. En mi corazón hay amor para las dos Menorca, Ibiza... Ibiza Ibiza... Aterrizamos. Salgo. Ibiza, te respiro en el aire.

Hola mi amor. Ya he vuelto.