lunes, 1 de mayo de 2017

Sempiternas

Todo pasa. El dolor, el sufrimiento, las heridas, el recuerdo nítido del instante justo anterior al que todo lo tambalea. También pasa la espada. La afilada espada  que elimina aquello tan cotidiano. Tan normal. Tan único. Ese perfecto instante justo anterior ya nunca se repetirá. Un hecho cualquiera, pero último, adquiere una dimensión enorme.

Y Nosotros. También pasamos. Incluso las flores. Las montañas. Los mares. Y todo lo que amamos.

Las únicas sempiternas, como ya dijo Mijail Bulgakov, son las estrellas. Ellas siempre estarán ahí. Yo si me giro hacia ellas. Y te busco.

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