miércoles, 14 de enero de 2009

El primer cliente del año


Entra en mi oficina el primer cliente del año…

- Buenos días… esto que tenéis en la ventana, ¿son casas para alquilar?

A lo que, manteniéndolo en el oído, pero apartándose el auricular de la boca, responde S, la más leal de las escuderas del Reino Torres, con su mayor sonrisa y mano izquierda, para dar una explicación a la vez que busca la complicidad del cliente:

- No, no son casas para alquilar. Son Citas.

- Ah… - dice el primer cliente del año…- dirigiéndose a A, otra escudera, recién integrada en el escuadrón de defensa del fuerte, que observa muy atenta - bueno… es que yo tengo un restaurante que querría poner en alquiler y quisiera que lo expusieran porque…

- No, no… - Contesta A - es que lo que tenemos expuesto, sabe Usted, son Citas. – Argumentándolo con su mejor voluntad, pero con un tono más parecido a: “ a ver, que parte de la palabra Citas no entiendes..., que son frases, frases para que te las leas, y te vayas a tu casa a reflexionar. Reflexionar chaval. Que no te vendrá mal con la cara de zoquete que tienes…”

Y yo, todo esto lo observaba desde el despacho… Sonriendo. Ya nos podemos poner a vender pases para la luna que las niñas se entregarán a fondo para defendernos. Asumirán e interiorizarán la idea a capa y espada como hicieran valientes generales ctorresianos en la batalla de un día a día, en el fondo divertido. Se que les divierte porque me lo recuerdan cuando, sin razón alguna, se ponen a bailar con la música del despacho…

Debo cambiar la vitrina, que ya ha pasado la Navidad.

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