martes, 22 de junio de 2010

Ilusión 469


Cuando todo lo que tenía que ocurrir ya ha ocurrido… cuando lo que está por venir no se puede remediar. Cuando solo queda tu silencio. Cuando se me abre enfrente un mar. Cuando las palabras que surgieron, esas que fueron las más deseadas, las asesinaron de forma inmediata, sin más. Y tú dejaste que murieran. Y yo, inerte, me limité a contempar… reprimiendo aquella lágrima. Con el único fin de que no me vieras llorar. Y cuando ahora solo ves de mi una silueta. Recta. Firme. Erguida. Sin mirar atrás. Y no este cuerpo desnudo al que esconde, arrastrado, suplicante, tomado a tus tobillos, para que no nos vayas a olvidar. Cuando mis palabras que siento huecas “pasalo bien, deseo tu felicidad”, no expresan lo que siento, y solo son una forma para colocarme por encima del bien por encima del mal… manifestando una falsa magnanimidad de perdonarte de antemano, por todo lo que, a partir de ahora, pudiera pasar.

“Os quiero mucho”.

No hay comentarios: