sábado, 26 de mayo de 2012

Mi anécdota preferida...

Dicen, dicen, que las locuras que más se lamentan en la vida,
son las que no se cometieron cuando se tuvo la oportunidad.


Yo la anécdota que prefiero es la del paciente que le dice a la psico: “yo estaría perfectamente bien si no fuera por la realidad". Y es que yo no escribiría ni una línea, ni me enamoraría como una perra, ni crearía esas mil cosas mías, si no fuera por la realidad. Para cambiarla. Acariciarla. Mandarla a la mierda. Trascenderla. Conservarla. Superarla. Recordarla. Borrarla. Hacerla eterna. Adorarla...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Deja de ser locura si se vive. La peor de ellas se transforma. El loco necesita de otro loco, como mínimo, para vencer la locura.Si esta solo, sueña. La soledad cambia la realidad.

G.'s Land dijo...

Dryden afirmaba que hay un placer en la locura que sólo los locos conocen. Mientras que Narosky aseveraba que sólo los cuerdos aman con locura. La locura da mucho que hablar, que pensar, que escribir. Ahora bien, lo de que el loco necesita de otro loco, como mínimo, (¡recalcado lo de como mínimo!!) para vencer la locura, me ha encantado. Muchas gracias por dejar un comentario en mi anécdota preferida... y un cálido abrazo.

"En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón". Nietzsche