sábado, 12 de enero de 2008

Ilusiones 73

Mi Qtec de nuevo se ha desconectado dejándome aislada. Acabo de hablar con él. Que viene esta noche. No me jodas B… Probablemente ya te hayas liado con mil otras tías y ahora vas y me dices que vienes esta noche… Mientras me ducho, aislada en la ducha como en una capsula de motor de pensamientos, concluyo que no se ha enterado de nada. Se que desafino mientras intento seguir lo que suena desde la radio, pero me ayuda a pensar… Y cuando ya no me queda nada, absolutamente nada porque todo es mentalidad y soy, como diría R una “mente fuerte” ya se ha borrado de un plumazo sin que tenga ahora ni siquiera ganas de pasar una noche de charla con él, va y dice que viene a cenar.

Todo fue, de nuevo, espectacular. Como siempre intento que sea cuando tengo alguien al lado. Y eso asusta. Seguramente yo asusto porque siempre pasa lo mismo. Primer acercamiento y parón. Luego vuelven… parece que él ahora también vuelve. Como el resto. Como siempre lo han hecho todos. Pero entonces me ha desaparecido ese sentimiento que creía único. Que creía distinto y nuevo… porque soy así de ilusa y no lo se reconocer, nunca lo se recordar.

Vendrá a cenar para que le revise el contrato que tiene que firmar, dice. También dice que quiere que hablemos. Vamos, que quiere hablar y lo del contrato ya veremos…
He pensado en decirle que no pero no deja de ser una persona importante en mi entorno, en mi circunstancia, y quiera hablar de él o del contrato volveré a reírme y disfrutar con él. Y por muy claras que tenga las cosas, a partir de él todo ha sido diferente. Ha cambiado la luz, un semitono en el sonido de mis percepciones… Es como cuando ya no vas a poder escuchar la canción desafinada sin darte cuenta de que está desafinado. O como cuando no crees en Papá Noel. Es como cuando has volado y te han cortado las alas recordando que es posible volar. Como cuando te han iluminado con una luz precisa y preciosa, desde una perspectiva mágica que tú sola no puedes encender… Ese cambio de luz no tiene vuelta atrás, como cuando te has acostado con la persona de tu vida, la que quieres de verdad y sabes que la has perdido para siempre y que jamás te volverás a acostar con ella… o como cuando has acariciado el cuerpo de una chica… después de todo eso cambia la visión y cualquiera se conforma con menos.

Un saludo,

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